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Barcelona y el metro

El metro se midió en Montjuïc

mLas almenas del castillo aún conservan las marcas que el astrónomo Pierre Mechain dejó durante los trabajos para determinar el sistema métrico

L’Acadèmica de Ciències i Arts de Barcelona guarda en sus vitrinas un patrón de la medida del metro. Es una de las joyas de su pequeño museo, pues recuerda que la capital catalana fue hace ya más de 200 años un punto clave para la medición del meridiano que dio lugar al sistema métrico decimal y cuyas huellas aún permanecen en las almenas del castillo de Montjuïc.

A finales del siglo XVIII había una infinidad de unidades de medida. Un verdadero caos al que los círculos científicos y culturales europeos querían poner fin mediante la adopción de un sistema universal de medida. Fue la Asamblea Nacional francesa surgida de la Revolución la que movió ficha y encargó un informe a la Academia de Ciencias de París, que, entre las distintas propuestas existentes, aconsejó adoptar el metro o diezmillonésima parte del cuadrante del meridiano. Para determinarlo, se decidió, después de acaloradas discusiones políticas y técnicas, medir el arco del meridiano que pasa por París comprendido entre Dunkerque y Barcelona. A él debe precisamente su nombre la avenida Meridiana, porque coincide con su trazado.

La empresa se encomendó a dos astrónomos, Jean Delambre y Pierre Mechain. El primero partió hacia Dunkerque, y el segundo, a Barcelona. Mechain inició las medidas por el método de triangulación desde la frontera hasta Castellón. Entre 1792 y 1793 se instaló en la capital catalana. Uno de los puntos desde los que registraba sus mediciones era la torre del castillo de Montjuïc, y allí aún subsisten sorprendentemente, en tres de las almenas, las marcas que realizó con su instrumental sobre la piedra.

mLas marcas pasan desapercibidas salvo para los conocedores de este episodio histórico. Allí siguen, resistiendo el paso del tiempo y la erosión, reivindicando el papel de Barcelona en la adopción del sistema métrico. Mechain murió en 1794 en Castellón a causa de la fiebre amarilla mientras completaba sus mediciones. El trabajo fue finalizado por el astrónomo francés de origen catalán François Arago.

España adoptó el metro oficialmente en 1848. En 1889 la Comisión Internacional de Pesos y Medidas estableció el prototipo de referencia, una barra de platino e iridio que se guardó en Sèvres, a las afueras de París.

Este objeto mantuvo su función como referente universal de lo que es un metro hasta 1960, pero ya se ha redefinido dos veces en busca de mayor precisión desde el punto de vista teórico. Hoy en día esta definición se basa en la velocidad de la luz, aunque fuera de la exactitud científica en realidad nada ha cambiado.

Lo más curioso es que este episodio histórico ha marcado el urbanismo de Barcelona gracias al ingeniero Ildefonso Cerdá. La avenida Meridiana que proyectó debe su nombre a que su tramo inicial coincide con el meridiano. Además, existe un monumento inaugurado en 1992 que conmemora los 200 años de la expedición de Méchain y que en la actualidad se ubica, lógicamente, en esta importante vía barcelonesa.

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