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EL PATRIMONIO REAL
El patrimonio real era llamado mustajlas y estaba formado por los bienes de propiedad privada del monarca, formado por bienes inmuebles, tanto edificios como fincas rústicas o de recreo, molinos, salinas, hornos y propiedades rurales extensas que proporcionaban buenas rentas al soberano, a lo que habría de unirse el dinero procedente de ventas de herencia, ventas diversas y otros. Sus fondos se destinaban al financiamiento de su propia familia y de las personas a su servicio, así como a la atención de gastos destinados a obras piadosas o de utilidad pública.
El mustajlas, junto a otros bienes y formas de propiedad, constituyó en la Granada nazarí un elemento muy importante para la economía real, tanto privada como pública, mezclándose ambas de tal modo que, a veces, llegaron a confundirse. El soberano, único administrador de ambos fondos, es decir los pertenecientes al tesoro público y los mustajlas, en no pocas ocasiones utilizó indistintamente unos y otros vendiendo bienes de su propiedad al tesoro público, o adquiriendo fondos de aquél para su patrimonio personal.
El patrimonio privado de la familia nazarí en el siglo XV incluía fincas en los alrededores de la ciudad, algunas encerrando mezquitas y molinos, poblados enteros como los de Beas y Huétor Santillán, palacios en la propia capital, tiendas, fondas, y negocios de diversa índole, y las residencias costeras de Salobreña, Almuñécar y el palacio-