Ibn Tufayl (Abentofail) - MILENO GRANADA

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Ibn Tufayl (Abentofail)

PERSONAJES

IBN TUFAY

Ibn Tufail, cuyo nombre completo es Abu Bakr Muhammad ibn Abd al-Malik ibn Muhammad ibn Tufail al-Qaisi al-Andalusi, también transcrito como Abentofail, nacido en Uadi-Ash, actual Guadix (provincia de Granada, España, si bien según otros autores nació en Purchena o quizá en Tíjola, en la actual provincia de Almería),1 c. 1105/1110 y muerto en Marrakech en 1185, fue un médico, filósofo, matemático y poeta, contemporáneo de Averroes, y discípulo de Avempace. Participó en la vida cultural, política y religiosa de la corte de de los almohades en Granada. En el núcleo de sus ideas filosóficas se encuentra el problema de la unión del entendimiento humano con Dios.
Por todas partes se extendió la fama de sus conocimientos, disfrutando de la admiración y aprecio de la corte granadina. Fue kátib (secretario) del gobernador de Granada y posteriormente wazir (visir) y médico del príncipe almohade Abu Yaqub Yusuf, quien le distinguió con su amistad, que aprovechó para atraer a la corte a los sabios más eminentes, entre ellos al famoso Averroes.
Autor del Filósofo autodidacto, probablemente la obra literaria árabe más traducida y difundida después de las Mil y una noches. En El filósofo autodidacto, Ibn Tufay escribe un texto en el que se funden de manera original y muy bien tratada lo narrativo, con lo mítico, lo filosófico, lo religioso e incluso lo científico. Uno de los primeros renacentistas en ocuparse del texto de Ibn Tufayl parece haber sido Pico de la Mirándola (1463-1464), gran padre del humanismo filosófico, de quien se dice que tradujo la epístola de nuestro autor al latín, a partir de la versión hebrea bajomedieval.
En 1671 se editó en Oxford el texto árabe  que fue traducido al latín por el arabista  Eduard Pococke con el título Philosophus Autodidactus… y desde entonces se hizo habitual este título en occidente. Su difusión fue muy grande desde ese momento.
La importancia de este libro radica en que Ibn Tofayl, narró a modo de aventura la posibilidad de que el individuo sobreviva, ascienda al conocimiento y se salve por su propio esfuerzo intelectual, creando una de las primeras y más acabadas formalizaciones literarias del mito del buen salvaje hecho a sí mismo.
La crítica ha encontrado sugerentes similitudes entre el autodidacta de Ibn Tofayl y El Criticón de Baltasar Gracián (1601-1673), y por supuesto con Robinson Crusoe (1719) de Daniel Defoe, y la saga de robinsones que dio lugar, Tarzan incluido, dejando a un lado, claro está las profundas diferencias filosóficas y culturales que separan a dichos textos del “robinson andalusí”

 
 
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