Muley Hacén - MILENO GRANADA

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Muley Hacén

PERSONAJES

MULEY HACÉN

De verdadero nombre Abu al-Hassan Ali Ibn Nasr, vigésimo sultán nazarí de Granada (1464-1482; 1483-1485). Era hijo y sucesor de Abu Nasr Said, hermano de Muhammad XIII el Zagal y padre del último sultán nazarí, Muhammad XII (Boabdil el Chico). Fue apodado por las crónicas castellanoleonesas con el sobrenombre de Muley Hacen. Nació en Granada, en fecha desconocida, y murió en Almuñecar o en Mondújar (provincia de Granada), en el año 1485. Su reinado coincidió con el inicio de la gran ofensiva militar emprendida por los Reyes Católicos para reconquistar las últimas posesiones territoriales del reino nazarí.
En 1454 Granada estaba dividida entre dos reyes, uno de los cuales era su padre, Sad (Ciriza) que mando una embajada a la corte de Castilla para solicitar el favor el rey, a la cabeza de la embajada estaba Muley Hacen, quien fue retenido por Enrique IV mientras analizaba la situación de Granada, el resultado fue atacar al sultán opositor a Sad, y al mismo tiempo devastar y asolar los campos granadinos. El cautiverio de Muley se prolongo casi un año, hasta abril de 1455, tras la entrevista entre su padre y el rey de Castilla, que además de comprometerse a no hostilizar las tierras granadinas, devolvió la libertad al príncipe. Pero este compromiso fue pasajero, como otros tantos que se iban rompiendo y reanudando con intervalos de uno o dos años. Cuando el príncipe Muley llego a la corte encabezó una emboscada que puso fin a la vida del sultán opositor a su padre, Muhammad XI, con ella se unificaba el mando del reino en la figura de Sad, su padre.
La relaciones con Castilla pasaba por sucesivas luchas y treguas alternadas, en 1462 el príncipe Muley ataca a los cristianos en Estepa, mientras Enrique IV responde atacando las costa malagueña, destruyendo cosechas y arrasando pueblos, los castellano entraban y salían de las tierras granadina, llegando a veces hasta la misma Vega, talando y asolando los campos.
Lo enemigos de Sad no solo estaban en las fronteras de Granada. En la propia ciudad, en la Alhambra, la poderosa familia de los Abencerrajes ejercían una presión asfixiante sobre el trono, produciendo un enfrentamiento durísimo con el soberano, quien mandó asesinar  dos miembro de la familia, siendo uno de ellos visir en esos momentos. El resto de la familia Abencerraje huyo a Málaga y comenzó a intrigar para eliminar a Sad de un trono al que ellos le habían conducido. Gracias  a estas intrigas, Muley Hacen, fue proclamado sultán.
Muley Hacén subió al trono en agosto de 1464. La primera medida que tomó con su derrocado padre fue enviarlo como cautivo al castillo de Salobreña, en donde estuvo hasta que murió. Su cuerpo fue trasladado al cementerio real de Granada, sin ninguna ceremonia.
Muley Hacen una vez declarado sultán, contrajo matrimonio con la princesa Fátima (Aixa) con el fin de reconciliar a las facciones rivales.
Apenas ocupado el trono, Muley se vio envuelto en una de aquellas feroces intrigas, su hermano Muhammad b. Sad, futuro Al Zagal, se sublevó contra su autoridad en Málaga, con la complicidad de una parte de la familia de los Abencerrajes. La feroz represión del sultán consiguió que su hermano se sometiera y que los Abencerrajes, algunos de cuyos miembros murieron en el curso de los acontecimientos, buscaran refugio en tierras castellanas.
La paz interna lograda y el consiguiente fortalecimiento de su trono condujeron a una bonanza económica traducida en abundancia de víveres y en bajada de precios, llegando a acuñarse una moneda de buena ley.
Una vez conseguida la paz interna, Muley reforzó las fortalezas fronterizas y reorganizó el ejercito, con la ayuda del soberano hafsí de Túnez, Muley realizó varias incursiones victoriosas en territorio cristiano, aprovechando la situación precaria de Enrique IV. La debilidad del enemigo cristiano le permitía, realizar incursiones en sus tierras, aprovechándose de una frontera fragmentada absolutamente permeable, llego saquear Alcalá la Real y se interno hasta Porcuna, campaña en la que hicieron cuatrocientos prisioneros que  eran moneda de cambio y por lo tanto una fuente de ingresos para las arcas nazaríes.
En 1474 muere Enrique IV y subió al poder Isabel, quien estableció una tregua con Muley luego renovada en sucesivas ocasiones, pero esta treguas no impedían que de uno y otro lado se continuaran realizando incursiones, con carácter de rapiña más que de guerra abierta.
A partir de 1481 los acontecimientos van a tomar un ritmo rápido, este año era de vencimiento de las treguas. Muley Hacen en contestación a un ataque  lanzado por el marqués de Cádiz contra Ronda, lanzó un ataque contra una plaza fronteriza, Zahara. El ataque a la fortaleza tuvo éxito y los granadinos lo celebraron como tal, pero la respuesta de los cristianos fue fulminante y unos meses después tomaron la plaza de Alhama, una importante ciudad, por ser plaza que dominaba la ruta hacia Málaga y Ronda. La caída de Alhama se refleja en el famoso romance de la Caída de Alhama, el texto de este romance es una especie de memorial de agravios de los granadinos contra su soberano, con la acusación de la muerte de los Abencerrajes.
Muley Hacen nunca llegó a superar la derrota de Alhama, el sultán granadino marchó sobre Alhama con el objeto de recuperarla, pero sus esfuerzos fueron estériles.
Animados por el éxito de Alhama, los Reyes Católicos, fijaron como próximo objetivo la ciudad de Loja, plaza decisiva por la proximidad a Granada, el rey Fernando envío a la flota aragonesa al estrecho para evitar que Muley Hacén recibiera apoyos desde el norte de África.
Loja estaba bien defendida por Aliatar (suegro de Boabdil), resistió los primeros ataques de los cristianos, hasta que llegaron la tropas de Muley Hacén desde Granada, que obligaron a las tropas cristianas a retirarse. Ese mismo día en que celebraba el éxito de Loja, le llego la noticia de que en la Alhambra se había producido un pronunciamiento contra él, alentado por los Abencerrajes y Aixa, en virtud el cual sus dio hijos Muhammad y Yusuf habían salido hacia Guadix para alzarse en contra suya. Muhammad, el futuro Boabdil, fue reconocido como rey por la gentes de Guadix y su comarca, y enseguida, con el apoyo de los Abencerrajes, se presentó en Granada y ocupo la Alhambra, obligando a huir a su padre a Málaga.
A aquella situación se había llegado por diversos motivos, Muley como soberano había aprovechado su posición para enriquecerse personalmente, mientras sus súbditos estaban agobiados por impuestos cada vez mayores, la dureza de su trato con los nobles reprimiendo con crueldad cualquier opinión o critica, y su propia conducta privada licenciosa aficionada a cantoras y bailarinas y como acusación final el mantener una relación con una cautiva cristiana (convertida al Islam con el nombre de Zoraya), a la que llegó a hacer su esposa y favorita, dándole preferencia sobre la que hasta entonces había sido su esposa, Aixa.
Desde Málaga, a donde se había retirado  con su hermano Al Zagal, tras la salida forzada de Granada, por la proclamación de su hijo como nuevo sultán, Muley Hacén continuo su hostigamiento contra los cristianos. En 1483 los cristianos organizaron una gran expedición de tres mil jinetes y mil infantes,  sobre  la zona conocida como la Axarquía, llegando a tener a la vista Málaga. Dirigidos por Muley Hacen y por su hermano Al Zagal, los cristianos sufrieron una tremenda derrota en las ásperas tierras de los Montes de Málaga. La posición de Muley Hacén se reforzó de modo extraordinario con esta victoria tan sonada.
Boabdil, ahora soberano de Granada, después de varias escaramuzas militares de poca importancia, decidió emprender una acción de envergadura e intentó la tomar la plaza de Lucena, en donde es derrotado y hecho prisionero.
La caída de Boabdil en manos cristianas, anima a Muley a volver a Granada proclamase nuevamente sultán, cuando llego a Granada Muley ya se encontraba enfermo, padeciendo ataques epilépticos, en 1483, Fernando el Católico desencadena varios atares en territorial granadino, que le llevaron hasta Alhendín, a las puertas de las misma ciudad de Granada.
Muley Hacén intenta negociar con Fernando, el intercambio de su hijo Boabdil, pero el rey Católico no quiso negociar.
Fernando prefirió negociar con el propio Boabdil y con su madre, Boabdil firmó un pacto de vasallaje con los Reyes Católicos, tras el cual recobro su libertad, pero también tuvo que pagar una gran cantidad de dinero y entregar como rehén a su hijo a a varios hijos de sus asesores y generales. Los reyes cristianos concedieron dos años de tregua a todos los lugares que reconocieran la soberanía de Boabdil. Un vez libre Boabdil de nuevo fue acogido en Guadix.
Muley Hacén, una vez instalado en la Alhambra, decretó una amnistía con el objeto de conseguir adeptos, una vez informado de que su hijo había firmado unos acuerdos con los reyes católicos, le servio para desprestigiarlo ante los suyos y afianzarse en el trono.
Muley Hacén tenia, otra vez, dos enemigos, su hijo y los cristianos. En 1484 los cristianos lanzaron varios ataque por tierras malagueñas que culmino con la caída de la cuidad de Álora, quedando aislada Ronda y la propia Málaga sentía cada vez más cerca el peligro. Los castellanos, arrasaron a su paso viñedos, olivares y campos de trigo.
En 1485, Boabdil que estaba refugiado en tierras de Guadix y Almería, fue arrojado de aquellas tierras por su tío Al Zagal, teniendo que buscar amparo en Castilla.
Muley Hacén estaba muy enfermo e incapacitado, es su hermano Al Zagal tras expulsar a Boabdil de Almería, fue quien se propone como relevo de Muley.
Muley Hacén, es enviado, junto a los hijos que había tenido con Zoraya a Almuñécar (quizás fue Salobreña) para descansar, allí le sobrevivo la muerte. La leyenda cuenta que su cuerpo se trasladó al lugar más alto de Sierra Nevada, desde que el que se divisaban gran parte de las tierras que habían sido reino suyo, a ello se debe que este pico se llamara desde entonces el Mulhacén. La realidad es que el cuerpo se trajo a la Alhambra y fue enterrado en la rauda, el panteón de los reyes nazaríes.
Muley Hacen fue el ultimo soberano que reinó sobre todo el territorio de Granada. Los que le siguieron, su hermano Al Zagal y su hijo Boabdil, nunca llegaron a ser dueños totales, teniendo que compartir el uno con el otro unas tierras cada vez mas disminuidas ante la conquista castellana.


 
 
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