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IBN AL JATID
Lisan al- historiador, filósofo y político de Al-
Al Jatib nació en Loja el seno de una familia árabe de origen yemení. Tras instalarse su padre en Granada, pasó gran parte de su vida en la corte del sultán Nazarí, Muhammed V, a quien sirvió como historiador y ministro y con quien llegó a establecer lazos de amistad. Desempeñó altas funciones políticas, pues fue nombrando doble visir, lo que le valió el apodo de Dhû l-
Durante una epidemia de peste que azotó a España en 1348, enunció por primera vez la noción de contagio y recomendó aislar a los enfermos y destruir sus sábanas. Describió con rigor el desarrollo y la propagación de una epidemia.
El ascenso de Ibn Al Yayyab, su principal mentor, hasta el visirato propiciaría el paralelo ascenso de Ibn Al Jatib; y más aún, la muerte de aquel, acaecida en 1349, permitiría que recibiera de Yusuf I el importante cargo de Jefe de la Secretaría real, dignidad a la que unió la de ministro y el mando militar, entre otras varias responsabilidades. Así pues, Ibn Al Jatib, con poderes y confianza sin límites, y gracias a su extraordinaria capacidad de trabajo intelectual y político, y a su cada vez más sólida situación económica, acrecentaría sin freno su prestigio personal. Con la proclamación del nuevo monarca Muhammad V, Ibn Al Jatib viviría un tiempo en compás de espera como lugarteniente del liberto Ridwan, autentico hombre fuerte de la corte en aquel momento. Entonces tendría tiempo para demostrar sus grandes cualidades para la diplomacia, trasladándose a la corte merinida de Abu Inan, para solicitar el apoyo de este príncipe contra las armas extranjeras de los castellano-
Ibn al-Merced a estas habilidades no tardó Ibn Al Jatib en ganar el título político de doble visir que tradicionalmente se concedía a los visires con poderes ejecutivos. Su influencia en la corte y su riqueza provocarían la envidia de los cortesanos, hasta que uno de sus discípulos, el poeta Ibn Zamrak, de la escuela maliquí, conspirara contra él, acusándole de deslealtad al Islam, debido a los postulados sufistas que profesaba. Fue exiliado a Fez, en donde disfrutaría de un tiempo de vida especialmente agradable bajo la protección del rey merinida, coincidiendo en el tiempo con el destronado Muhammad V. Durante este periodo Ibn Al Jatib también residiría en la ciudad de Sale, hasta el año 1362, en que Muhammad V recuperara nuevamente el trono de Granada, reclamando su regreso para reponerlo en el puesto que había ocupado hasta el exilio. Ibn Al Jatib había quedado marcado por la desconfianza, a pesar de recobrar altas dignidades y poderes; tantos y tan grandes, que los familiares del príncipe y otros cortesanos comenzaron a levantar contra él todo género de intrigas y calumnias, fundamentalmente referidas a su concepción materialista de la vida. Ibn Al Jatib, advertido de las conspiraciones que se urdían contra él, llegaría a concebir la idea de abandonar la corte andalusí en busca de seguridad, y bajo la excusa de encabezar una misión para inspeccionar las fortalezas que cubrían la parte occidental del reino andaluz de Granada, huye camino de Tremecén en el 1371-
Su obra:
Sus más de setenta obras, que abarcan materias muy diversas, pueden dividirse en las siguientes categorías: antologías (Al- acecho, Kitab al-